La violencia sigue cobrando la vida de quienes defienden los derechos humanos en las zonas rurales de Colombia. Esta vez, el municipio de Toledo, en el Norte de Antioquia, fue escenario del asesinato de Hernando Acevedo y Eucario Callejas, líderes comunitarios de la vereda Helechales.
Ambos hombres hacían parte activa de la Junta de Acción Comunal (JAC) y eran reconocidos por su trabajo en la organización campesina y la defensa de los derechos fundamentales. Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), presuntos integrantes del Clan del Golfo los habrían secuestrado y posteriormente asesinado el pasado 22 de junio.
La tragedia no toma por sorpresa a los habitantes de la zona. Desde el año pasado, la Defensoría del Pueblo había emitido la Alerta Temprana 019 de 2023, advirtiendo del control social y territorial que ejercen los grupos armados ilegales en el norte antioqueño. En Toledo operan no solo el Clan del Golfo, sino también frentes disidentes de las Farc, sin que la presencia del Estado haya logrado contener la expansión de estas estructuras.
Organizaciones sociales denuncian que, aunque la seguridad de la región está bajo responsabilidad de la Séptima División del Ejército, el abandono institucional persiste, y las comunidades rurales siguen sin garantías para ejercer liderazgo ni proteger su vida.
Con estos dos crímenes, ya son 78 los líderes sociales asesinados en Colombia en lo que va de 2025, según cifras de Indepaz. El país sigue enfrentando un grave riesgo humanitario en sus territorios más olvidados.
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